El misterio de la definición de CBD radica en las tres letras de su abreviatura, nos puede venir la idea de que CBD son tres palabras separadas como se hacen con los acrónimos, por el contrario, solo hay un término detrás de este apodo que ahora es de uso común. Podemos decir que CBD significa Cannabidiol.
Según un análisis puramente etimológico, la palabra se puede dividir en dos partes distintas. Ambos nos brindan información valiosa sobre la definición de CBD. "\Cannabi\", la raíz de la palabra, se encuentra en el cannabis: la planta de la que se extrae la molécula. Un diol es por su parte un compuesto químico que también responde al nombre de glicol. Debe su nombre a la composición química de su molécula, incluidos los átomos de oxígeno e hidrógeno, y se caracteriza por reacciones similares a las moléculas de alcohol. Sin embargo, eso no significa que el CBD sea alcohol. Por definición, el CBD es solo una molécula orgánica extraída de la planta de cannabis.
Naturalmente, esta molécula se encuentra en grandes cantidades en las plantas de marihuana. Sin embargo, lo que entendemos por cannabidiol en el lenguaje cotidiano califica a la molécula una vez que se extrae de la planta. En su forma más pura, se presenta en forma de cristales. Extraído como aceite esencial, lógicamente se presenta en forma aceitosa. Entonces es muy fácil incorporar otra solución. El CBD se popularizó en particular por la aparición de los cigarrillos electrónicos y su uso como líquido para vapear.
Bien conocido por el público en general, el THC es la molécula psicoactiva del cannabis. Por tanto, es ella la responsable de los elevados efectos que provoca el consumo de marihuana. El CBD, por el contrario, no es un narcótico.
Hay muchas variedades de cannabis, todas con diferentes composiciones de forma natural. Por tanto, sus niveles de THC y CBD también son variables. El cannabis en el mercado negro generalmente contiene un alto nivel de THC (en promedio un 15%) mientras que se intenta eliminarlo a favor de una mayor concentración de cannabidiol en las plantas legales. De hecho, es posible crear nuevas variedades de plantas que respondan a estos criterios mediante hibridación.
Gracias a su ausencia de efectos psicoactivos, el CBD le permite beneficiarse de las propiedades del cáñamo sin perder el autocontrol. Esto es lo que le valió su apodo de cannabis medicinal.
El cannabidiol es el segundo cannabinoide más natural del cannabis, solo detrás del THC. Buscado por sus virtuosos efectos (sería especialmente relajante, antiinflamatorio y antidepresivo), es completamente legal. No causa ningún efecto narcótico, adicción u otros efectos secundarios notorios.
Aunque hoy en día es muy controvertido, el cáñamo es una de las plantas más antiguas cultivadas por humanos. En su forma Cannabis Sativa, esta planta fue cultivada en el Neolítico por sus propiedades medicinales y su uso como fibras textiles. China está claramente detrás de la domesticación del cáñamo. En cualquier caso, la planta se ha utilizado durante varios milenios, tanto para la confección de tejidos como por sus efectos terapéuticos.
Su uso ha continuado a lo largo de los siglos. Sin embargo, su composición y la definición de CBD han permanecido desconocidas durante mucho tiempo. De hecho, los cannabinoides, moléculas presentes en Cannabaceae, solo se descubrieron a principios del siglo XX. El THC y el CBD son los dos cannabinoides que más investigaciones han generado directamente.
Se dijo que el CBD se extrajo de la planta de cáñamo por primera vez alrededor de 1940. Fue un grupo de investigadores de la Universidad de Illinois quienes pudieron aislar la molécula. En ese momento, llamaron tóxico al compuesto y descartaron la idea de que pudiera tener propiedades positivas en los humanos. Solo a partir de la década de 1960 se realizaron estudios sobre la composición de los cannabinoides. Es notablemente Raphaël Mechoulam, un investigador israelí, quien ha demostrado sus beneficios en determinadas patologías. Su trabajo ha llevado a reflexionar sobre el uso de moléculas de cannabis (CBD, THC) en farmacología.
Durante años, se han realizado muchos ensayos clínicos que destacan los efectos del cannabidiol en la salud. Los primeros estudios mostraron sus efectos positivos sobre la ansiedad. Luego, en la década de 1970, se descubrió que tenía beneficios para las náuseas y el dolor. Finalmente, a fines de la década de 1990, los investigadores descubrieron que reducía la degeneración neuronal, lo que podría ser útil en la investigación de la enfermedad de Alzheimer.
*Los inicios del cannabis terapéutico
Algunos estados estadounidenses (Alaska, Oregon, Washington) decidieron entonces legalizar el cannabis (CBD y THC) con fines terapéuticos. Esto hizo posible encontrar medicamentos como Sativex en el mercado, que contienen la misma dosis de THC y CBD. De hecho, la combinación de estas dos moléculas permite multiplicar por diez los beneficios de estas moléculas y no crear dependencia del paciente. Este medicamento está especialmente indicado en el tratamiento del dolor neuropático.
El uso terapéutico de la marihuana está admitido en España aunque en la actualidad sólo existe un medicamento Sativex.
En Francia, Sativex tiene autorización de comercialización desde 2015, pero aún no se ha comercializado debido a dificultades para acordar su precio. Sin embargo, esto demuestra cuánto han evolucionado las regulaciones del cannabis (CBD y THC) en los últimos años. Algunos países como Canadá han decidido permitirlo por completo. En Europa, Luxemburgo está debatiendo actualmente este tema.
Por definición, el CBD es reconocido por sus propiedades ansiolíticas y antidepresivas. Actúa sobre determinados receptores vinculados al dolor o la ansiedad. También goza de una imagen positiva, ya que se percibe como un producto natural, en contraposición a las moléculas químicas que generalmente provocan una mayor desconfianza.
Se atribuyen propiedades terapéuticas al cannabidiol. Sería especialmente recomendable en caso de estrés, problemas para dormir o dolores articulares. Los estudios sobre el tema aún son escasos. Sin embargo, la comunidad científica ya reconoce que los diversos cannabinoides, liderados por el cannabis ligero, tienen efectos sobre el organismo, sin que por ello avancen sobre ellos. Producimos de forma natural sustancias muy similares a las moléculas activas del cannabis gracias a nuestro sistema endocannabinoide. Su funcionamiento general es aún relativamente desconocido, pero su función como antiestrés para el organismo está comprobada. Es probable que en el futuro cercano se obtengan los resultados de los estudios a largo plazo necesarios para cuantificar con precisión los efectos del CBD y las dosis adecuadas para uso terapéutico.
Además, ahora sabemos que el cannabidiol juega un papel importante en el alivio del llamado dolor neuropático (a diferencia del dolor nociceptivo). Estos dolores son difíciles de calmar con fármacos como el paracetamol o la morfina. Por tanto, el CBD es una molécula útil para pacientes con esclerosis múltiple o fibromialgia. El uso de CBD en este tipo de pacientes mejoraría significativamente su calidad de vida. Es por eso que esta molécula es parte de la composición de Sativex.
Los efectos del CBD irían aún más lejos, ya que un estudio ha demostrado que los cannabinoides tienen una acción en la reducción de las células cancerosas cuando se combinan el CBD y el THC.
El cannabis está muy controlado en España y en todo el mundo, la investigación sobre los beneficios de las moléculas de cannabis (CBD, THC) avanza lentamente. Además, la connotación negativa del cannabis genera mucha desconfianza frente a las virtudes terapéuticas de sus moléculas.
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